Sería hasta aburrido hacer la cuenta de lo que se puede hacer con esa cantidad para mejorar la vida de personas vulnerables, pero afortunadamente esos fondos son privados y no estatales. Ya deberá rendir cuentas a los donantes el equipo demócrata de campaña, así cómo explicar a las autoridades federales el origen de cada centavo. Para visualizar el gasto imaginen poder disponer de 100 millones semanales para ejecutar la campaña.
Diversos reportes informan que los fondos de Harris se utilizaron así: 600 millones en publicidad, producción de piezas y compra de espacio en medios tradicionales y digitales. 2.5 millones a influencers. 12 millones en encuestas. Eventos de campaña 10 millones, los artistas no cobraron pero sus equipos de producción sí. La entrevista con Oprah Winfrey oficialmente costó 1 millón, pero hay versiones que dicen que fueron 2.5 y la presentadora dice no haber cobrado ni un centavo, todo fue a producción, logística y transmisión. La campaña para recaudar fondos costó 111 millones. Producción de merchandising 28 millones. 50 millones para “voceros” en recorridos puerta a puerta. 70 millones para envíos por correo. Consultores políticos, estrategas de medios y comisiones de agencia 300 millones. La campaña tuvo bajo contrato alrededor de 700 empleados.
El fracaso del partido demócrata ha sido estruendoso, ha perdido por primera vez el voto popular, que lo tuvo más de 20 años y recibió una paliza en el Colegio Electoral en el que solo se lograron 226 votos, es insólito. Perdió en los 7 estados clave y además el control de la Cámara y el Senado. El partido tradicionalmente favorecido por el voto obrero, latino, afroamericano y de otras minorías, esta vez no lo fue.
No se puede atribuir el fracaso a escasez de recursos, esta ocasión además de errar dramáticamente en la selección de temas de campaña y mensajes, se utilizaron fondos y recursos clave, como gente y tiempo en actividades que demostraron ya no ser relevantes, por ejemplo los endosos de artistas famosos que no consiguieron los votos esperados.
Se sabe que la campaña del ahora presidente electo, Trump recaudó unos 500 millones menos que su derrotada adversaria, la manera como sus estrategas distribuyeron los fondos fue muy diferente. En medios tradicionales y digitales se invirtieron 273 millones. Concentró su compra en digital en plataformas de Streaming como Youtube y Twitch para alcanzar a los jóvenes de la Generación Z y evitar la censura que los otros medios imponen. El uso de podcasts fue también notorio, su intervención con Joe Rogan, que duró 3 horas llegó a una audiencia de 26 millones de personas. Casi no invirtió en eventos con artistas famosos, Elon Musk resultó mucho más eficiente que Taylor Swift, Di Caprio, Oprah y algunos más juntos.
Esta elección demostró una vez más que no gana quién más plata gasta, sino el que elige los mensajes correctos para las audiencias correctas. Los demócratas aún deben terminar de descifrar los motivos del estrepitoso fracaso y por qué muchos estados y grupos étnicos que tradicionalmente votaron por ellos esta vez no lo hicieron. ¿Votaron a favor de Trump y sus mensajes o contra Harris y sus propuestas?
Muchos manuales de campaña deberán ser revisados al igual que las técnicas de investigación que fallaron, así como algunas actividades y tácticas tradicionales que probaron ser ineficientes cómo el endoso de medios a candidatos.
(Publicado previamente en Expreso)
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