lunes, 25 de enero de 2021

Cómo debe ser la campaña de quién quiera ganar las próximas elecciones

 Los reales problemas del Ecuador hay que resolverlos ya



Estamos a pocos días de elegir un nuevo Presidente de la República y aún no tenemos certeza del número de candidatos que correrán, lo que si sabemos es que quién gane las elecciones heredará un país en muy malas condiciones, con problemas grandes que resolver, con una población que de acuerdo a un reciente estudio de Cedatos ve un panorama futuro sombrío. 

  • CÓMO VA EL PAÍS: El 89,5% dice que va por MAL CAMINO.
  • PESIMISMO: El 54,5% de los ecuatorianos se muestran PESIMISTAS frente al FUTURO DEL PAIS.
  •  EN UNA PALABRA, DIGA CÓMO SE SIENTE: el 78,2% de la población se siente preocupada / incierta / frustrada / triste. 

Parece ser que el pesimismo, es uno de los pocos signos comunes de la identidad actual de los ecuatorianos.

Y es que hablando de nuestra identidad son muy pocas las características que identifican a los ecuatorianos en su conjunto, ya lo hizo evidente Humboldt como veremos más abajo y algunos sociólogos modernos que dicen: Ecuador tiene una identidad cultural diversa, pluricultural y multiétnica, lo que hace única a su población”.



Esa diversidad nos hace tan únicos que casi nada nos une. Desde que tengo memoria sólo recuerdo ver al país alineado con un solo sentimiento cuando hemos estado amenazados de guerra, por un fenómeno natural o cuando gana la selección de fútbol que nunca ha sido gran cosa.

Tenemos un pobre conocimiento de quienes somos, producto de nuestra educación basada, en muchos casos, en mitos más que en verdades históricas (probablemente, diseñada así con la buena intención de darnos motivos de orgullo e identidad). Somos un país con el nombre de una línea imaginaria, que se inventó gritos de independencia que no se dieron ni fueron los primeros, héroes niños que no murieron en batalla, con una historia de límites que es un llanto por despojos, que fuimos colonizados por uno de los imperios más sangrientos y arrasadores de cultura que existió, el imperio Inca, donde el conquistador se casó con la india más bella y que su hijo quiteño era el preferido, en la época colonial fuimos Real Audiencia subordinada a un Virreinato, adoradores de Bolívar que menospreció el esfuerzo libertario de Guayaquil y un largo etcétera de datos diversos.



Estamos marcados por una división regional innegable que acrecienta nuestra falta de identidad. No existe un plato típico que nos caracterice, una bebida tampoco, peor un ritmo o lo que significa divertirse, Miguel Donoso Pareja en su libro “Ecuador: Realidad o Esquizofrenia” dice: “En efecto, la música ecuatoriana es de cantina, para emborracharse y llorar, no para una fiesta. Joaquín Gutiérrez, escritor costarricense ya fallecido, me contó que en Quito fue a una fiesta, pero que como era muy aburrida, optó por retirarse. Al día siguiente se encontró con uno que había estado en la reunión y le preguntó hasta qué hora se quedaron y si la habían pasado bien.

-Nos amanecimos- fue la respuesta-. Y la pasamos lindo: toditos lloramos.

Hace más de 70 años Leopoldo Benites Vinueza publicó su obra Ecuador: Drama y Paradoja dónde dice al referirse a nuestras debilidades, que son varias, que somos “…una nación en ciernes, aún por construir”. Para mí esta frase es axiomática, innegable.

Hoy nuestro país no está inacabado, está destrozado, por malas decisiones políticas y económicas y por una pandemia que ha afectado al mundo entero, pero tenemos la posibilidad de elegir un nuevo rumbo y crearnos un futuro diferente, pero parece que todos los ecuatorianos no lo vemos y sentimos así.

PODREMOS TENER UN SUEÑO COMÚN?

Estas elecciones las ganará el candidato que entienda primero nuestras profundas diferencias culturales y que sepa plantearnos un sueño común más allá de la inmediatez económica. No puede plantear resolver sólo lo evidente.

Es el momento de la comunicación política inteligente, la que nos haga proteger de un horroroso futuro inmediato, pero que permita imaginar días mejores, que brinde esperanza, que sane heridas, que contradiga a Humboldt.

La estrategia de comunicación de quién ganará las elecciones no puede ser únicamente de solución de coyuntura y de satisfacción de necesidades básicas, todo candidato que piense que haciendo comunicación factual ganará se equivoca. Las elecciones no son racionales, son un tema de emociones, de pasión, de sueños y visiones compartidas. El ser humano no es racional, es emocional y todos los días lo demuestra cuando toma una decisión.

En pocos días arrancará oficialmente la campaña electoral y veremos quien dice las “palabras mágicas” que guiarán corazones y cerebros a votar por él, en Febrero sabremos cómo es el país que sueñan los ecuatorianos y que juntos debemos construir.

Horacio Chavarría P.

  •  Presidente Ejecutivo Alterno y Gerente General de OI Comunicaciones, asociada a Fleishman-Hillard.
  •  Experto en Consultoría Estratégica, Manejo de Crisis, Relaciones con la Prensa, Media Training, Comunicaciones internas y soporte a Marketing. 
  • Director Ejecutivo y Docente de ITSU; Instituto Técnológico de Arte y Comunicación. 
  • Director de diversas organizaciones sin fines de lucro.

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