No deja de sorprender cómo en momentos como el actual, donde la Ciencia y la Comunicación han logrado avances insospechados hace pocos años, la desinformación (más claro mentiras repetidas ad nauseam) e intereses económicos claramente identificados, ponen en tela de duda verdades innegables como el Cambio Climático y sus inevitables consecuencias.
Desde hace décadas se ha denunciado lo que el incremento en más de 2 grados de la temperatura del planeta logrará: desaparición de ciudades costeras, incremento de la pobreza, afectación de las cosechas, hambre, sequía etc. Y que el principal causante de ellas es la adicción planetaria a los combustibles fósiles (carbón, petróleo, etc) No solo se trata de daños catastróficos para el planeta, se trata de atentar contra nuestra propia supervivencia. Hay que tener claro que el planeta no desaparecerá, la naturaleza permitirá la supervivencia de las especies que puedan adaptarse, pero el ser humano difícilmente lo logrará, hace pocos días el diario inglés The Guardian, publicó una lista con los principales "villanos climáticos" de USA: CEO´s de compañías petroleras, banqueros que los financian, abogados que hacen lobby por el status quo, especialistas en comunicación, CEO ´s de ciertas industrias, dueños de medios de comunicación y políticos que anteponen intereses económicos a la supervicencia de la especie humana (https://www.theguardian.com/commentisfree/2021/oct/27/climate-crisis-villains-americas-dirty-dozen). Y cómo ellos hay varios alrededor del mundo.
En estas gráficas se puede apreciar lo que sucedería en Londres y Mumbai si la temperatura global sube +1.5 grados y +3.0 grados
Tan grande y desigual es la lucha entre los que niegan la realidad con seudo-ciencia y los que buscan el desarrollo sostenible, que las Naciones Unidas lanzaron este comercial para llamar la atención sobre esta crítica situación y han utilizado como vocero a un miembro de una especie extinta para dar su mensaje. "No elijan su extinción"
La ONG "Fridays for Future" hace uso de las comunicaciones para demostrar cómo piensan los negacionistas y hace uso de una interesante y simple metáfora para demostrar cómo algunos nos impulsan hacia nuestra propia destrucción por negarse a aceptar verdades evidentes.
Muchos han optado por convertir el debate científico en político y han logrado de manera maniqueísta que conservación y sustentabilidad sean catalogadas como ideas de izquierda, al igual que lo hicieron con las vacunas, mascarillas y demás maneras de luchar contra el Covid, el derecho a elegir cómo vivir, o hacer fortuna no está en discusión, lo que es detestable es que se anteponga estos a la supervivencia de la especie humana.
El mundo gasta 423.000 millones de dólares al año en subsidios a los combustibles fósiles. Una cantidad cuatro veces superior a la que se necesita para ayudar a los países pobres a hacer frente a la crisis climática, uno de los puntos que se tratan en estos días en la conferencia mundial sobre el clima (COP26) en Glasgow. Nuestro país no está exento de esta realidad cuando vemos grupos sociales y partidos políticos defendiendo este absurdo. Todos debemos cuestionarnos sobre la eticidad de usar recursos públicos para proseguir en el camino a la extinción. Los ciudadanos y de manera especial los más jóvenes no deben, no pueden, mantenerse al margen del tema y pensar que este es un tema lejano y que corresponde a empresas y estados la decisión final, tal como lo informa el Estudio Fundacional de Sostenibilidad realizado por Kantar en 35 países. Eso piensan 6 de cada 10 entrevistados y peor aún el 82% declara que al consumir cualquier tipo de productos su prioridad es el ahorro, no salvar el planeta. 51% quisiera hacer más por su hábitat pero sus prioridades están opuestas.
Diario El Universo reportó en Octubre de 2019: "Ecuador ha gastado en subsidios de combustibles (gasolinas, diésel y gas) $ 54.269 millones entre 2005 y 2018. Se trata de una millonaria cantidad equivalente al 50 % del PIB y que llega prácticamente al total de la deuda externa actual." Dinero que pudo haberse destinado a realizar grandes transformaciones en nutrición infantil, salud, educación y seguridad y que no benefició a la mayoría de ecuatorianos, sino a una élite y a oscuros negocios, además de incentivar la contaminación, sumemos a este despilfarro la cantidad de CO2 emitida por los motores que las consumieron. Es difícil de asimilar que nuestros dinosaurios hayan convertido en plataforma de lucha mantener subsidios y no detener la contaminación que estos producen.
Hace pocos días el Papa Francisco nos decía:
Horacio Chavarría P.
Excelente
ResponderEliminarGracias por leer y por tu comentario
ResponderEliminar